Friedman, Keynes y Freud
Por: Diego de la Torre Empresario
Vivimos en una economía en la que los activos intangibles como el capital intelectual, la innovación, la creatividad, la confianza, la motivación de los colaboradores, la cultura corporativa y la sensibilidad antropológica representan dos tercios del valor bursátil de las empresas y, por ende, de la riqueza de una sociedad.
Los sistemas de contabilidad vigentes fueron diseñados para la era industrial, por lo que registran activos tangibles como máquinas y edificios mas no así el liderazgo de sus gerentes y el capital psicológico acumulado por las personas que trabajan en una empresa.
En esta nueva economía los académicos están desconcertados porque la creación de valor ya no consiste meramente en combinaciones de capital y trabajo, sino que incorpora una gran variedad de intangibles, entre ellos las marcas, la capacidad para innovar, la autoestima corporativa, etc. En mercados financieros conectados en tiempo real y el mundo CNN en que vivimos, el factor psicológico que soporta ese activo intangible fundamental que es la confianza no debe ser subestimado para explicar los fenómenos contemporáneos y que los economistas de la era industrial se muestran incapaces de entender y explicar.
Es casi un cambio copernicano que aún no se procesa adecuadamente. Por eso, en la última reunión del APEC diversos líderes recurrían a la economía de Friedman y Keynes para explicar la crisis financiera, pero, como dijo el presidente mexicano, Felipe Calderón, debemos mejor encontrar repuestas con el Dr. Freud. La economía de hoy es mucho más compleja y requiere un enfoque interdisciplinario, diría que hasta renacentista al estilo de Erasmo de Rotterdam. Esto exige el concurso de diversas ciencias como matemáticas, antropología, historia, sociología y la ingeniería computacional.
El famoso ceteris paribus, que significa que todas las otras variables como los gustos de las personas son constantes, le da elegancia matemática a la economía de Keynes y Friedman, pero es incapaz e ineficiente en la era de los intangibles y de Internet. Por eso he encontrado mejores explicaciones a la crisis actual en personas como el intelectual e historiador Luis Enrique Tord que en modelos econométricos que no pueden incorporar la creciente complejidad.
Recién se están desarrollando nuevos modelos gracias al poder computacional que introducen y le dan un peso matemático a las observaciones de los psicólogos, antropólogos e historiadores. Todavía no ha surgido un Adam Smith o un David Ricardo del siglo XXI que explique y nos haga comprender totalmente la nueva economía de intangibles.
Al respecto, concuerdo con la tesis del presidente Alan García en el último APEC, cuando dijo que la crisis del primer mundo son dolores de crecimiento de una nueva economía que demandará de los líderes empresariales y políticos un enfoque absolutamente diferente.
Solo aquellos que sepan detectar las megatendencias demográficas y socioculturales emergentes podrán capitalizar las magníficas oportunidades que se nos presentan en esta nueva era de intangibles.
Ello requerirá de los políticos y empresarios aprender no solo de Ban Ki-moon y Warren Buffet sino también de Erasmo, Luis Enrique Tord y Freud.
fuente: www.elcomercio.com.pe
